“—Te estás confundiendo, Santiago—me espetó Iván ni bien Camila se marchó—. Nos estás fallando… ¿Qué es esto? ¿Felices los 4?
Lo que me faltaba: el dedo inculpador de Iván y una escena de celos. Era la primera vez que un tipo me montaba una… Mas además de esto, ¿de qué forma se atrevía tras lo que me hicieron con Verónica?
—No sé de qué manera te da la cara para acusarme de algo. Andá a cagar, infeliz.
Eso era una declaración de guerra a toda regla. Él se quedó de piedra y me fui con la certidumbre de que estábamos frente al principio del fin”.
En una de sus muñecas Verónica llevaba tatuado el mapa del planeta, que representaba su necesidad de moverse. En la otra, tenía únicamente un pequeño número “3”.
Ser el amor de 2 hombres la volvió tan frágil que llegó a sentir que en sus manos tenía dos esposas, y que sus necesidades de volar eran incompatibles con esa relación.
Una mujer enamorada que se ve obligada a tomar una resolución.
2 hombres debatiéndose entre tenerla o bien sencillamente quererla.
Un viaje del cielo al averno sin escalas, donde la aparición de malos conocidos y buenos por conocer, influirán de manera directa en una serie de acontecimientos que podrían mudar sus vidas por siempre.
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