Cindy estaba encantada de trabajar para Malcom Halifax. Era su mano derecha y se compenetraban muy bien, aunque él tenía un carácter reservado. Algunos dirían que era malhumorado y un ser sin sentimientos, pero Cindy estaba segura de esos estúpidos estaban equivocados. Hasta que un día se dio cuenta de que su maldita empresa era lo primero y que no la apreciaba en absoluto. ¿Cómo podía haberse equivocado tanto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten emails y enlaces a otras páginas, ya que serán considerados como spam. ¡Gracias!