Rocío, camarera de pisos de un hotel rural y escultora en sus ratos libres, vive al filo de un ataque de ansiedad: el día de su boda está a la vuelta de el rincón, faltan muchos detalles por precisar todavía y su novio no ayuda. Para colmo, se halla con que debe trabajar horas extra en el hotel. Todo ha de estar impecable para la llegada de Alberto Enríquez y Lucía Vega, la pareja de actores de cine más brillante del instante. Cuando aparecen, a Rocío le ocurre algo que no consigue comprender. Es cierto que Alberto tiene un físico impresionante y una mirada horriblemente sensual, mas lo que comienza a sentir es desconcertante y también muy inoportuno, y por esta razón lo trata de forma fría, hasta brusca.
Alberto enseguida descubre que Rocío no es la habitual chavala encandilada por un conocido y justo eso es lo que llama su atención. No obstante, algo se le escapa: ¿por qué razón Rocío evita mirarlo a los ojos? Impaciente por descubrirlo, idea mil formas de tropezar con la sortea camarera. Con lo que no cuenta es con que la prensa sensacionalista es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir una exclusiva.
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