Emma Walters no eligió ser un espía, pero cuando su loco padre fue sorprendido vendiendo bombas a las personas equivocadas, se le dio una opción - convertirse en una espía o se pudre en la cárcel. Su emocionante nueva vida como agente Kate Wells cambia más cuando descubre que su nuevo jefe es el agente -encubierto e investigador de su padre en ese momento- quien la llevó a la tercera base. Emma ya está medio enamorada del oscuro y peligroso Chase Sanders. Kate lo quiere nada más que para que termine lo que empezó, pero él es el diablo encarnado. Y uno no hace ofertas o se enamora del diablo.
Si alguien le hubiera dicho a Chase que se enamoraría de cierta virgen cuando él estaba en su última misión, los habría matado a tiros, estilo francotirador. Ella no era más que daños colaterales, maldita sea. Pero ver a la sexy espía de nuevo transformarse en una explosiva máquina para matar es demasiado difícil de soportar. Así que cuando los poderes que lo comandaron a entrenarla en el arte de la seducción para su primera -y posiblemente última- misión, está tontamente asustado. Hacer el amor con Kate significa prepararla para el sexo con otro hombre. De alguna manera, Chase tiene que encontrar una manera de conseguir a Kate dentro -y fuera- de su misión sin morir. Y sin enamorarse.
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