Intelectual. Atractiva. Virgen. Esa soy yo. Dios. Ese es él. Pero aún lo sé…
Trabajo como periodista y modelo. Me paso la vida en aviones y platós. Y la televisión me adora. Y todos los hombres quieren desvirgarme. Hice un voto hace mucho tiempo. Nada de sexo antes del matrimonio. Sólo hay un problema: Me encanta el sexo. Así que paso mi tiempo en las sombras… Internet es mi pequeño refugio. Ahí puedo dar rienda suelta a mis fantasías. Sumisa. Dominada. Controlada… Pero nada real. Sigo siendo virgen. Y entonces él descubrió quién era. Él. Dios. Misterioso. Multimillonario. Voz varonil. Cuerpo de Hércules. Y me invitó a su isla privada. A su cama. Y me ofreció un anillo y un collar. Acepté. Me subí al avión. Y aquí estoy… camino al fin de mi mundo. ¿Quieres verlo?
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