Secuestrada. Seducida. Satisfecha. Laurel de Courcey es capturada por una banda de terroristas, encadenada en un bunker asqueroso y filmada para divulgar una petición de rescate en todo el mundo. Pero, ¡uy, se equivocaron de rehén! ¿A quién se le ocurre que alguien vaya a pagar un rescate por una tímida niñera neozelandesa? Muy pronto Laurel acaba atada a la cama del jeque Rafiq, que la rescata y se erige en su guardaespaldas personal, muy personal. Pero ella tiene buenos motivos para no fiarse de los hombres.
Prisionera en su antiguo pabellón de caza real ubicado en el corazón del desierto “para su propia protección”, Laurel se rebela. Siguen espectaculares fuegos artificiales, peligrosos intentos de fuga y una historia de amor imposible.
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